Aunque el título de este post bien podía ser también..."El niño-grande se queda sin crema pastelera".
O: "Tragedia en Cuky's Cookies".
O..."Cómo por poco no salimos en los sucesos".
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Y es que, cuando el endiablado "Sombrerero Loco" re-aparece, no hay hacia dónde correr ni dónde esconderse. Las posibilidades son escasas y la tragedia palpable.
Sólo queda esperar y aguantar el temporal (y darle un porrazo en la cabeza y atarlo en una silla).
Esta vez, estábamos más preparados cuando apareció, puesto que, las últimas veces, estábamos o Cuky solo, o Cuky y yo solos... Y las consecuencias fueron nefastas en nuestra cocina.
Con nuestra cocina blanca nuevira (tiene a penas un año), temíamos que este día llegara pero, por otra parte, lo esperábamos.
Sabíamos que tenía que llegar y ya estábamos preparados.
Teníamos sed de venganza desde que la última vez, el Sombrerero del demonio nos dejase la cocina patas arriba y a Cuky con un disgusto del 15.
Cuando el Sombrerero llegó, ya sabíamos que estaba en la ciudad.
Cuky había recibido un chivatazo (no tan anónimo), de un amigo-perruno-ex-policía, que ahora se dedica a la investigación, (con gabardina, tipo Colombo).
Sartenes en mano, Poty detrás de la puerta, (y todo lo que teníamos en la cocina con aspecto apetitoso, envenenado), esperamos pacientes su llegada.
No tardó mucho.
Entró despacito, pensando que no había nadie en casa, y se sorprendió al ver a Cuky esperándole en la cocina. Tenía su discurso preparado. Mucho mejor que el discurso del rey, (dónde va a parar).
Le echó en cara haberse comido sus cupcakes de oreo, habernos dejado la cocina como un campo de batalla, y haberle robado el papel para la secuela de "Alicia en el País de las Maravillas", (secuela que, por otra parte, nunca llegó a grabarse).
Lo siguiente que vio el Sombrerero fueron pajaritos en la cabeza, al más puro estilo cartoon, porque Poty le arreó con una sartén en cuanto se dio la vuelta.
Entre los tres, lo atamos a la silla y esperamos a que saliesen estas ricas magdalenas del horno, (Cuky necesitaba reponer fuerzas para "ajustarle" las cuentas al Sombrerero. Eran muchos años de rencor).
Cuando el Sombrerero llegó, el niño-grande ya había llegado a casa y estaba esperando por su ración de crema pastelera, (lo que sobrara de las magdalenas). Por eso, nos hizo compañía en la cocina mientras interrogábamos al Sombrerero Loco al estilo "Poli bueno, poli malo", (el bueno era Poty, el "malo" Cuky y yo, el árbitro...Aunque ganas me daban de ser también el "poli malo"...Cada vez que me acuerdo de cómo me dejó la cocina...En fin).
Total que, el Sombrerero argumentaba que había venido a pedirnos disculpas en general por las desafortunadas visitas pasadas, y a Cuky en particular por sus rencillas del pasado.
Como no nos consideramos mala gente...Nos enternecieron sus palabras y le soltamos, le preparamos un chocolate caliente y compartimos con él estas magdalenas.
No nos preguntéis en qué momento nos despistamos pero, perdimos al Sombrerero un segundo de vista. Un segundo que le valió para marcharse con las magdalenas que nos quedaban y toda la crema pastelera que nos había sobrado y que llevaba el nombre del niño-grande... Os podéis imaginar nuestro su disgusto...
Sombrerero loco, te odiamos.
~ 3 huevos L
~ 175 grs. de harina de trigo común
~75 ml. de aceite de oliva suave
~1 cdta. de levadura química (tipo Royal)
~200 grs. de azúcar moreno
~4 cucharadas de crema pastelera*
~1 pizca de sal
~1/2 cdta. de canela
*Podéis ver la receta aquí.
~1. Batimos los huevos ligeramente con la crema pastelera y a continuación, añadimos el azúcar. Batimos 5 minutos hasta que la mezcla quede esponjosa.
~2. A continuación, añadimos el aceite en hilo sin dejar de batir a velocidad media.
~3. Por otro lado, tamizamos la harina, la canela, la sal y la levadura y los añadimos a la mezcla de ingredientes húmedos anterior. Batimos ligeramente con varillas hasta que la mezcla sea homogénea.
~4. Dejamos la mezcla en el mismo bowl y tapamos con papel film. Llevamos a la nevera al menos 1 hora.
~5. Media hora antes de sacar la mezcla de la nevera, precalentamos el horno a 200º con calor arriba y abajo. Cuando saquemos nuestra masa de la nevera, la iremos repartiendo en nuestros papelitos de magdalena y, antes de llevar al horno, espolvorearemos por encima con azúcar y canela.
~6. Bajamos la temperatura a 180º con calor arriba y abajo y horneamos durante 20-25 minutos. En seguida veremos que les sale copete. Si pinchamos con un palillo, deberá salir seco para saber que ya están hechas, como en un bizcocho. Una vez hechas, sacamos del horno y dejamos enfriar 5 minutos en el molde, antes de dejar sobre una rejilla que enfríen por completo.
*Aquí tenéis la preparación de la crema pastelera.
~1. Cuando la crema pastelera haya templado y nuestras magdalenas estén ya frías, es el momento de rellenarlas con la crema pastelera. Para ello, nos ayudaremos de una boquilla de relleno, como ésta.
Rellenaremos con cuidado el interior de todas las magdalenas para luego, zampárnoslas sin piedad (y sin Sombrerero Loco que nos moleste...).
Como os imaginaréis, el Sombrerero Loco sigue en paradero desconocido y en "busca y captura". Ofrecemos una recompensa por quien nos lo traiga atado a una silla.
Puede que la recompensa sean unas magdalenas de crema como éstas.
Pensaoslo ;)
¡¡Abrazo de osete pastelero!!
Honey Kiss.